domingo, agosto 30, 2009

Tigre blanco, de Aravind Adiga


Miscelánea Editorial


304 págs.





Lo que digo yo:


Empiezo por la parte menos agradable… lo que no me gustó. Probablemente por el efecto Slumdog Millonaire, tengo algún tiempo de sentirme cansada con el tema India. Me explico: me gusta que las novelas contengan las singularidades del autor que las escribe y que retraten una sociedad concreta. Pero (siempre hay peros) eso significa que o bien los autores indios se quedan con lo que yo veo como estereotipos o, desgraciadamente, es una sociedad que ha pasado a serlo.


Así, la falta de recursos básicos, las castas, la imposibilidad de ascenso social, la invasión de empresas extranjeras para conseguir mano de obra barata… en fin, la pornografía de la pobreza ya empieza a parecerme tema manido y sobado, conocidísimo y sobre el que me gustaría leer otros enfoques, o que se de por sentado el contexto y me cuenten algo más.


Por el lado bueno, reconozco que se trata de una novela bastante entretenida, muy bien escrita y pensada, de estructura ágil, con sentido del humor y desde una voz protagónica que ni se compadece de sí mismo ni se culpa del todo. Este equilibrio de se agradece, la verdad.


Lo que dice la contraportada:


Novela ganadora del Man Booker Prize 2008 Les presentamos a Balram Halwai, alias Tigre Blanco, sirviente, filósofo, emprendedor, malhechor... Durante siete noches, a la luz mortecina de una ridícula araña, Balram nos va a contar su historia. Nacido en una villa en el corazón de la India, trabaja en una tienda de té. Mientras machaca carbón y limpia mesas se va formando un sueño en su cabeza: el de escapar de la orilla del Ganges, en cuyas profundidades se han podrido generaciones enteras. Para ello se traslada a Delhi, donde será contratado como chófer. Mientras los otros sirvientes hojean la última revista de sucesos, Balram empieza a vislumbrar cómo el Tigre va a poder escapar de su jaula. Claro que ¿qué hombre de éxito no se ha visto obligado a derramar un poco de sangre en su camino a la cima? Tigre blanco es una historia absolutamente irreverente, profundamente tierna y, desde luego, inolvidable. Novela de lectura ágil y divertida, que versa sobre la realidad de la India con un punto de vista fresco y atrevido “El mensaje de Adiga no es sutil, ni nuevo, pero la voz sardónica de Balram es cautivadora y sus agudas observaciones del orden social son al mismo tiempo acertadísimas y desasosegantes.” The New Yorker “En muchos sentidos es la novela perfecta. (...) Es muy difícil hallarle algún problema estructural." Michael Portillo, presidente del jurado del Man Booker Prize y escritor británico

miércoles, agosto 19, 2009

El mundo después del cumpleaños, de Lionel Shriver

Ed. Anagrama
704 págs.




Lo que digo yo:


Desde que leí Tenemos que hablar de Kevin, una de mis novelas favoritas, he estado buscando otras cositas de Shriver qué devorar. Guiada por Nür, otra admiradora de Kevin,  decidí leer esta novela. No sé si por el impacto de la novedad o por la maestría de aquel libro, creo que la propia autora debe vivir con la sombra de su novela anterior. Esta no es mejor, incluso diría que no es igual de intensa, pero casi.


Y tiene mérito, mucho diría yo… los mecanismos en algunos aspectos son similares: la autora presenta las dos caras de la moneda, las aristas de sus personajes, las situaciones en que pueden verse forzados a pensar o decidir de una manera u otra. En este caso, lo lleva al extremo y, a partir de un momento concreto, nos va dibujando las variantes de un mismo asunto.


Lo que más me gusta de Shriver es que tiene la capacidad de hablar de los temas “de siempre” o candentes de una forma en que te parece que es novedosa. Y los personajes viven esa situación como si fueran los únicos en el mundo que les ha pasado.


En fin, que me gusta mucho Shriver, es una novelista apasionada, con sentido del humor, detallista, ágil en la construcción… espero con ansias otras novelas suyas. Como Nür, con esta novela constato que es una de mis autoras favoritas.




Lo que dice la contraportada:

Irina y Lawrence son dos americanos que viven en Londres. Desde hace cinco años, el día del cumpleaños de su amigo Ramsey Acton, cenan con él. Irina se compadece un poco de Ramsey, un jugador profesional de snooker, que está solo desde su divorcio –o eso es lo que ella cree–, y siempre ha evitado quedarse a solas con él. Llega el día del cumpleaños, Lawrence, ausente en un viaje de trabajo, insiste en que Irina cene con Ramsey. Ella no tiene ninguna gana, pero van a un refinado restaurante japonés, y después a casa de él. E Irina descubre a un Ramsey desconocido, y lo que iba a ser un encuentro inocuo se convierte en la divisoria de las aguas, en ese instante único en que la decisión que se tome cambia para siempre la vida. Shriver, en un giro inesperado,conduce a los protagonistas de su novela y al lector pordos caminos simultáneos y alternativos, los dos futuros que se abren ante Irina...«Fascinará a cualquiera que se haya preguntado algunavez qué habría pasado si hubiera seguido, o ignorado,uno de esos impulsos que cambian la vida» (Francine Prose, People)

lunes, agosto 03, 2009

Lecciones de abstinencia, de Tom Perrotta

Ed. Salamandra


384 págs.





Lo que digo yo:

Me gusta Tom Perrota, la verdad. Me gusta su criticidad hacia la sociedad estadounidense, pero que podría ser cualquier sociedad cerrada y conservadora. Me gusta el estilo de escritura, de hecho tengo ganas de leerlo en inglés.  Y como tanto me gusta, esta novela la disfruté.


Básicamente se fundamenta en el retrato de uno de esos barrios “bien” que Perrotta prefiere retratar. Poco a poco vamos viendo como la apacible primera mirada se convierte en una crítica detallada de los componentes de esa sociedad, de sus valores y prioridades.


Lo genial del libro (que tampoco es un libro genial, ojo…) es que el autor consigue no hacer demasiado evidente su propia opinión. Es decir, yo sé perfectamente de parte de cuál personaje estaba Perrotta cuando escribió la novela, pero también está claro que te pone a los dos personajes principales bajo la lupa, a ambos. No hay buenos, ni malos… como mucho hay gente razonable, fanáticos, gente con necesidades espirituales que sacia con la religión y gente con necesidades espirituales que mira a otra parte.


Lo leí rápido, lo disfruté… eché de menos más acción, más giros… pero eso ya son puñetas.




Lo que dice la contraportada:

La educación sexual en la escuela en un ambiente cargado de puritanismo es la original propuesta de esta nueva novela de Tom Perrotta, uno de los más interesantes novelistas estadounidenses de la actualidad. Definido como «un Chejov americano» por The New York Times Book Review y aclamado por su maestría para retratar con inteligencia y sensibilidad las aflicciones de la vida contemporánea, Perrotta tiene ya dos novelas trasladadas al cine con éxito, una de las cuales, Little Children —Juegos de niños, publicada también por Salamandra—, mereció tres nominaciones al Oscar.

Recientemente divorciada, madre de dos niñas y mujer independiente y decidida, Ruth Ramsey es profesora de educación sexual en una escuela del imaginario Stonewood Heights, un idílico entramado de casas con jardín cuyos habitantes conviven en un ambiente de tolerancia y moderación. Sin embargo, un comentario casual de Ruth a sus alumnos desata las protestas de los feligreses de una iglesia evangélica local, el Tabernáculo de la Verdad Evangélica, que no tardarán en pedirle a Ruth que cambie el enfoque de sus clases y promueva exclusivamente la castidad. Y por si esto fuera poco, Ruth se verá obligada a plantar cara al entrenador del equipo de fútbol de su hija, el agraciado y carismático Tim Mason, un ex alcohólico que ha reconducido su vida con el apoyo y el consejo del pastor del Tabernáculo. Si en Juegos de niños Tom Perrotta tejía un hilarante relato de vicios privados y públicas virtudes, en Lecciones de abstinencia retrata con gran empatía y sin prejuicios las dos caras de una apasionante controversia, en la que dos personas que creen estar en terrenos irreconciliables descubren las ventajas de no dejarse guiar por las apariencias.

Trilogía de Klaus y Lucas, de Agota Kristof



Ed. El Aleph

448 págs.



Lo que digo yo:
Novela (bueno, son tres unidas...) rara donde las haya. No sé si me dejé llevar por la idea de que dos tiernos gemelitos solo pueden ser protagonistas de una tierna historia donde sólo pasan cosas tiernas y la ternura… ¿me explico, no? Cuestión que esta servidora se puso a leer, con entusiasmo y ganas, la novela de Kristof. A muy pocas páginas de empezar me di cuenta de que no iba de conejos rosas y que si esperaba algo bonito y sereno, la llevaba clara.

Confieso que aún tras reconocer el tono, diferente al que esperaba, me costó bastante adecuarme. Cada palabra malsonante, o más bien cada situación dura y cruda me dio en el hígado con fuerza. Es un libro raro… cuenta las cosas más terribles con cierta inocencia, pero nada como El Niño con el Pijama a Rayas, sino con un ensañamiento absoluto. Me explico: el trasfondo es la guerra, como tantas novelas, pero en esta en particular lo fundamental son los niños, que a su vez no parecen ser inocentes en absoluto, como si la crueldad –traducida en actos de niños –pudiera contagiarse.

De las cosas que me sorprendió más gratamente (y espero que sea de la autora y no del traductor) es el uso del lenguaje… como si fuera una extensión del tema, la autora se dedica a poner la palabra precisa, la menos adornada, la más directa. Eso siempre se agradece, porque pareciera que hubo un interés especial en el cómo contar la historia, y no nada más en el qué se cuenta.


En todo caso… es durilla, pero está bien. Odias y compadeces a Claus, A Lukas, a ninguno, a Cara de Liebre, a la abuela... Te haces un lío con la historia de sus vidas. Intentas armar un solo esquema a partir de los tres libros que la forman. Tratas de inventarte una historia paralela, al menos en mi caso, donde haya conejos rosas y ternura. Y cuando no lo consigues, aceptas que la autora te ganó y te dejó absolutamente agotada. Y eso, la verdad, cuesta mucho sentirlo.

Lo que dice la contraportada:
Este volumen recoge las tres novelas de gran éxito internacional que han confirmado la reputasción de Agota Kristof como uno de los exponentes más provocadores de la narrativa europea. Con la simplicidad sórdida de un cuento de hadas, esta trilogía nos explica la historia de dos hermanos gemelos, Claus y Lucas, condicionados por un vínculo agonizante, que se convierte también en una alegoría de las fuerzas que han separado a Europa desde la Segunda Guerra Mundial.

La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina, de Stieg Larsson

Ed. Destino


752 págs.






Lo que digo yo:

Partiendo de que este tipo de libros son “golosinas”, es decir, que los leo sin pretensiones, tengo que decir que sigue sin decepcionarme la trilogía. Es interesante, fácil de leer, con personajes curiosos, echa mano del suspense, de las relaciones amorosas, del sexo, alcohol y violencia.


Sin embargo, lo que le más me gustó del primero es que tenías que seguir leyendo… y ese elemento quedó atrás en la segunda entrega de Millenium. Realmente no sentí, en ningún momento, que estuviera enganchada. Con el primer libro me pasó de quedarme despierta horas para saber qué seguía; con este me podía ir a dormir tranquilamente.


Uno de los errores que creo que produce ese efecto es que el autor, previendo que los libros puedan ser leídos de manera independiente, explica detalles que los lectores del anterior ya sabemos. Así, aunque sea somero el resumen, me aburre sobremanera que me recuerde cosas que ya sé, y en ese tono de “por si no lo sabías…”. Junto con esto, repite otro detalle molesto del primero, y es que se recrea en los preliminares de la historia. Desde que empiezas hasta sentirte metido en una trama, pasan unas cuantas decenas de páginas.



De todas maneras, parece que lo odié. Nada más lejos de la realidad, lo disfruté y bastante, pero me quedo con la idea de que segundas partes nunca fueron tan buenas. Espero leerme la tercera novela antes de que acabe el verano para acabar de opinar.

Lo que dice la contraportada:

Lisbeth Salander se ha tomado un tiempo: necesita apartarse del foco de atención y salir de Estocolmo. Trata de seguir una férrea disciplina y no contestar a las llamadas ni a los mensajes de Mikael, que no entiende por qué ha desaparecido de su vida sin dar ningún tipo de explicación. Lisbeth se cura las heridas de amor en soledad, aunque intente distraer el desencanto con el estudio de las matemáticas y ciertos placeres en una playa del Caribe.


¿Y Mikael? El gran héroe, Súper Blomkvist, vive buenos momentos en Millennium, con las finanzas de la revista saneadas y reconocimiento profesional por parte de colegas y otros medios. Ahora tiene entre manos un reportaje apasionante sobre el tráfico y la prostitución de mujeres procedentes del Este que le han propuesto una pareja, Dag y Mia.


Las vidas de nuestros dos protagonistas parecen haberse separado por completo, pero entretanto... una muchacha, atada a una cama, soporta un día tras otro las horribles visitas de un ser despreciable y, sin decir palabra, sueña con una cerilla y un bidón de gasolina, con la forma de provocar el fuego que acabe con todo.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...